miércoles, 30 de abril de 2014

La soledad

La Falta de compañía:
De niña veía una pareja besarse y era como ver el diablo. Sentía, bueno mejor dicho pensaba que el amor era una tontera, que una persona podía ser feliz estando solo; y recuerdo que decía “Yo nunca me voy a enamorar”.
Como toda persona crecí, mi vida fue cambiando, mi humor fue cambiando, mi apariencia fue cambiando, en fin, fui entrando en la pubertad. Creo que uno de los cambios más drásticos de dejar la niñez atrás fue cambiar esa mirada sobre el amor. Quería con toda mi alma aprender a amar a alguien, pero no a cualquiera, yo soñaba con mi príncipe azul, esa típica idea que nos meten en la cabeza del hombre perfecto. Los años siguieron pasando y siempre estaba en la posición de espectadora, viendo como mis amigas lo podían conseguir y yo no. Hubo veces en que las posibilidades de querer se me presentaron, pero no, yo quería amar. Y siempre decía “Todo en su debido momento llega”… Hoy  me pongo a pensar ¿Llegará? ¿O la espera será eterna?
Es difícil ser una chica de 15 años y no tener alguien que te quiera, alguien que te abrace, que te exprese todo su amor, alguien con quien solo una mirada signifique miles de cosas.  Estoy más que segura que son pocos quienes me entienden, quienes viven el vacío interior que ni siquiera un amigo familiar puede llenar. Somos pocos  quienes nos ponemos a llorar por las noches porque sentís que algo te falta y lo único que quieres hacer es llorar. Pocos quienes sonreímos frente a una pareja feliz y en interior te duele en el alma que vos no tengas esa felicidad. Pocos quienes dejamos de lado el querer por buscar el amar. Pero… ¿Existe el amor? ¿Vale la pena esperar?

Mientras tanto, solo me queda seguir sufriendo mientras llega ese alguien tan soñado.

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